
La mejor manera de conocerlas es cocinar platos que contengan únicamente una hierba o una especia, para aprender cómo interactúa con los diferentes alimentos; observe cómo su sabor se intensifica al cocinarlas y descubra si realmente le gustan. Se han utilizado hierbas para elaborar infusiones mitigadoras de dolores e incluso para la preparación de pociones mágicas.
También es posible cultivar hierbas frescas en una maceta.
Para conservar las hierbas aromaticas siga esta sencilla indicacion: lave bien las hojas frescas, envuélvalas en toallas de papel húmedas, y refrigérelas hasta por una semana.
Si se desea guardar las hierbas troceadas o en polvo, se separan los tallos de las hojas una vez secas y se desmenuzan sobre un papel o cuenco. Luego se envasan. Esta operación resulta muy fácil cuando la hierba está bien seca, para lo cual los plazos son muy variables; algunos requieren semanas.
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